El Ayuntamiento de València sigue sin hacer nada con la alquería de su propiedad situada junto al Jardín Botánico. Y este mes de octubre se cumplen seis años desde que el Ayuntamiento de Valencia se hizo con la propiedad de este edificio de la calle Gaspar Bono.
La Alquería del Beato Gaspar Bono del siglo XVIII está situada entre el Jardín Botánico y el antiguo colegio de los Jesuitas. Y no sé a qué espera el consistorio después de seis años que se hizo con la propiedad a darle algún uso “como tenía previsto”. A lo largo de los últimos años colectivos como la asociación de vecinos del Botánico o el Círculo para la Defensa del Patrimonio han denunciado en numerosas ocasiones la situación de abandono del edificio, a pesar de que está declarado Bien de Relevancia Local. Incluso la Sindicatura de Greuges emitió tres informes con recomendaciones al Ayuntamiento por el mal estado de la alquería.
En noviembre del año pasado el consistorio invirtió 30.000 euros en diversas obras para frenar el deterioro del conjunto. Entre otras actuaciones, se desescombró el interior, de donde también se retiraron los enseres que había acumulados, se apuntalaron elementos inestables y se hicieron reparaciones en las cubiertas para eliminar goteras.
La alquería y la parcela cuenta con unos 4.000 metros cuadrados. Era propiedad de los Jesuitas y en 1988 acordaron cederla al Ayuntamiento cuando el planeamiento urbanístico de la zona estuviera claro. Esa cesión se hizo efectiva en octubre de 2016 y entonces el gobierno local anunció su intención de rehabilitarla para convertirla en escuela infantil municipal, pero nada se ha movido desde entonces.
El año pasado el gobierno local anunció su intención de impulsar un plan director que definiría los usos de los edificios patrimoniales de esta manzana, tanto públicos como privados, donde entrarían esta alquería. Pero de momento nada se sabe. El plan general del año 1989 preveía un uso educativo o cultural para este inmueble.
Fuente: Nacho Reig/ Onda cero
La Alquería y parcela han sido ocupadas por los de siempre. Allí abren sus tiendas de campaña, seguramente se dedican a la mendicidad y por supuesto como me dijo una vecina no están gratis. O sea, que los que hemos nacido en esta ciudad y los residentes que han venido de fuera, hemos pagado un dinero para los que vienen del Este de Europa, se sientan bien a gusto y no se les caiga nada encima, no sea que se hagan daño. La dejadez del alcalde y compañía, me sorprende con un edificio patrimonio de todos los valencianos. Por otro lado, hay políticos dentro del consistorio que defienden a los okupas, puede ser que sea este el motivo de no hacer nada.
Imágenes propias de Valencianot