PRÓLOGO

Hablar de la huerta valenciana es como mirar hacia atrás con nostalgia, como se mira algo muy  bello y necesario en trance de desaparecer. Siempre se ha dicho que Valencia vive de espaldas al mar y alimentada por su huerta ubérrima. Por desgracia, hoy día nuestra huerta recibe una agresión continuada hacia unas tierras que nos alimenta y adornan.

 

Por desgracia el cemento, la especulación y la competencia desleal de otros países gracias a la Unión Europea, están llevando a la ruina a nuestros agricultores y ganaderos. La huerta y sus moradores  están siendo devorados implacablemente por el dinero de los poderosos y tan indefensa frente a los rascacielos, apartamentos turísticos y autopistas. Con ello no solo se pierde unos terrenos cultivados, un pulmón verde para la ciudad, sino toda una cultura ancestral que engloba la Barraca, las acequias, las estrechas sendas entre campos y las alquerías. Pero sobre todo perdemos a los labradores, a sus hijos, que ya no quieren hacer un trabajo tan sacrificado como el de sus padres, ya no oiremos los ladridos de los perros, sus fiestas populares, su modo de comer, de vestir y su filosofía sobre la vida, que se refiere a los principios, valores e ideas que rigen el estilo de vida de una persona o de un grupo y orientan su comportamiento en busca de la autorrealización.

 

Puede ser, a lo mejor, que este mensaje es como un réquiem a un paisaje, a unos hombres y una cultura que está desapareciendo. Sin la huerta de Valencia creceríamos sin raíces, solo sería un puro resto arqueológico, una ciudad sin ventanas a ninguna parte. Por eso es bueno que no olvidemos que sin la huerta los valencianos no somos nada, perderíamos nuestras raíces ancestrales, acorralada por una civilización que se repliega sobre si misma y acabando en unas pocas parcelas y huertos urbanos. Conservar la huerta es  mejorar  la calidad de vida cara al futuro, la huerta es parte de la idiosincrasia, la lengua, el trabajo las fiestas, el clima, la tierra y el mar, armoniosamente integrados, en un pueblo único y diferenciado de los demás pueblos ribereños del Mare Nostrum. 

RÉQUIEM POR LA TIERRA

ALQUERIA DEL MAGISTRE HUERTA DE VALENCIA
ALQUERIA DEL MAGISTRE

Alquería del Magistre, es otro de esos edificios que aún resiste el empuje de la gran ciudad. Hasta esta alquería llega a ráfagas la brisa marina, rodeado de campos es uno de esos vestigios de otro tiempo  que aún perduran y es un placer  ver una sobreviviente de un pasado esplendoroso en claro declive.  

La huerta y las alquerías van de la mano, no podría existir una sin la otra. La "Huerta de Valencia" se refiere a la región agrícola tradicional que rodea la ciudad de Valencia, en el este de España. El término "huerta" en español generalmente se refiere a una zona de tierra irrigada utilizada para el cultivo, a menudo asociada con frutas, verduras y otros cultivos. La Huerta de Valencia tiene una larga historia y ha sido una parte crucial de la economía y la cultura de la región.

Una experiencia inolvidable  en Alboraya es visitar un campo de chufas, ir a un obrador artesanal y degustar horchata artesana y fartons
Una experiencia inolvidable en Alboraya es visitar un campo de chufas, ir a un obrador artesanal y degustar una horchata artesana y fartons

Valencia es conocida por sus prácticas agrícolas únicas, incluido el uso de un sistema conocido como "tancat o a manta", que implica pequeñas parcelas irrigadas individualmente separadas por paredes o terraplenes. Este método permite un uso eficiente del agua y el cultivo en el clima semiárido de la región.

 

Las naranjas son uno de los productos más icónicos de la Huerta de Valencia. Las naranjas de Valencia, conocidas por su dulzura y jugosidad, son famosas en todo el mundo. Además de las naranjas, la huerta también produce una variedad de frutas, verduras y cultivos tradicionales.

 

Las prácticas agrícolas en la Huerta de Valencia no solo han dado forma al paisaje, sino que también han influido en las tradiciones culinarias de la región. El suelo fértil, combinado con el clima mediterráneo, contribuye a la producción de productos de alta calidad y con mucho sabor.

 

En los últimos años, ha habido un aumento en la conciencia sobre la importancia de preservar y promover prácticas agrícolas sostenibles en la Huerta de Valencia para mantener su importancia cultural y ambiental. Se están realizando esfuerzos para proteger los paisajes tradicionales, la biodiversidad y los recursos hídricos asociados con esta histórica región agrícola.

Los arrozales de la Albufera de Valencia son uno de los pilares fundamentales de la cultura Valenciana y del Parque Natural que colinda con la ciudad de Valencia.
Los arrozales de la Albufera de Valencia son uno de los pilares fundamentales de la cultura Valenciana y del Parque Natural que colinda con la ciudad de Valencia.

El arraigo que el hombre siente por la tierra son testimonios esas pequeñas huertas que han surgido en el núcleo urbano y alrededores de la gran ciudad, en terrenos municipales destinados a urbanizar cuya obra no se había iniciado, se paralizaron, al ser ocupadas sus alquería y tierras, un ejemplo es "el PAI de Benimaclet". 

Este es el ejemplo de algunas alquerías de las que hablo en la sección “Las Alquerías Valencianas”, no se puede hablar de la huerta sin hablar de las alquerías. Son parte de la historia y cultura valenciana, “Alquería de Aborayet” en Alboraya, que más que alquería era una mansión señorial  rodeada de casas, barracas, con su horno, molino y otros anexos, con el tiempo pasó a ser pueblo. Cedida por Jaime I al Obispo de Huesca, don Vidal de Canellas.

Alquería de Estrems, debajo de la cal, en la piedra. Figura la fecha tallada da la fecha en que se construyó: 1679. La alquería El Pi, en el término de Casas de Bárcenas, me dio pena el estado de ruina que ya se encontraba hace un par de décadas y posiblemente haya desaparecido. Benimaclet hoy barrio ayer pueblo, donde aún perduran las alquerías y los campos cultivados rodeado por la ciudad y la villa de Alboraya.

Valencia es una ciudad privilegiada en el centro del vergel exuberante de la huerta. Valencia sigue siendo huertana a pesar del empuje de la gran ciudad, con todas sus fértiles tierras, sus tradiciones y sus fiestas que han sobrevivido desde los árabes. Instituciones únicas como el “Tribunal de las Aguas” que rige el destino de sus acequias. La “Barraca”, modesta pero funcional, es la tradicional vivienda del huertano; sus alquerías que a través del tiempo fueron lujosos Alcázares rurales y en muchos casos viviendas fortalezas con torres defensivas. Algunas han llegado en excelente estado hasta nuestros días.

La barraca Valenciana es una construcción típica y tradicional de la huerta de Valencia.
La barraca Valenciana es una construcción típica y tradicional de la huerta de Valencia.
Valencia tiene una gran gastronomía, precisamente porque sus campos abastecen la despensa, con productos que son apreciados en todo el mundo.
Valencia tiene una gran gastronomía, precisamente porque sus campos abastecen la despensa, con productos que son apreciados en todo el mundo.

Se distingue principalmente por su peculiar forma, con el techo en forma de punta y por los materiales empleados en su construcción que suelen ser de paja, aunque hoy dias suelen llevar otros tipo de techos. En la antigüedad era la vivienda típica de la huerta y en la Albufera de Valencia aún se siguen viendo.

La comarca histórica de La Huerta se extiende unos 120 km2 en torno a la ciudad de Valencia, desde Puzol en el norte a la Albufera en el sur, y localidades como Moncada, Paterna y Torrent en el oeste. 

 

FUENTE Y REFERENCIA: Huerta de Valencia 1984

Prólogos:

Ricard Pérez Casado (Alcalde de valencia)

Enrique Real Martínez (Concejal de Fiestas y turismo) 

María Angeles Arazo (escritora, periodista) - Francesc Jarque (fue un fotógrafo y profesor de fotografía)

Comentarios: 0