La iglesia de San Nicolás (Sant Nicolau) está ubicada y casi escondida entre tortuosas y plazas recoletas en el Casco Antiguo de Valencia se encuentra La iglesia de San Nicolás de Bari y San Pedro Mártir, en un sitio por donde vale la pena pasear plácidamente, dejando que asomen a nuestro paso edificios históricos y rincones. Fue una de las primeras iglesias parroquiales fundadas después de la conquista cristiana, y presenta la planta habitual de una sola nave con seis capillas entre los contrafuertes y cabecera poligonal. De su pasado gótico aún conserva la sencilla puerta de los pies, construida en la segunda mitad del siglo XV.
Gracias a la intervención de la Fundación Hortensia Herrero, y a la inversión de 4,7 millones de euros (dos millones para la estructura y 2,7 para las pinturas). Y el papel importantísimo que ha jugado el Instituto de Restauración de la Universidad Politécnica de Valencia, cuyos técnicos, liderados por la catedrática Pilar Roig, han sacado a la luz las barrocas escenas cromáticas diseñadas por Antonio Palomino y ejecutadas por su discípulo Dionís Vidal.
Se ha podido restaurar toda la iglesia que estaba muy deteriorada por la filtración de agua y sin apenas ventilación. Esta maravilla ha sido elogiada por el restaurador jefe de la Capilla Sixtina que bautizó los frescos de la iglesia como dignos homólogos de la obra maestra vaticana de Miguel Ángel. El equipo de la UPV ha invertido más de 41.400 horas de trabajo empleando 6.000 hojas de papel para la fijación de las pinturas, 10.000 litros de agua destilada, 100 kilos de algodón y 500 pinceles. Se han recuperado 1.904 metros cuadrados de exuberantes frescos de su bóveda -frente a los 800 de la Capilla Sixtina.