Villena es una ciudad situada en el noroeste de la provincia de Alicante, en la Comunidad Valenciana, y forma parte de la comarca del Alto Vinalopó. Con una rica historia que se remonta a tiempos prehistóricos, Villena es conocida por su impresionante patrimonio histórico, arqueológico y cultural. Su ubicación estratégica, entre los valles del Vinalopó y el corredor que conecta con la meseta castellana, ha hecho que la ciudad fuera un punto clave a lo largo de los siglos.
Geografía:
Villena tiene una larga historia, que se refleja en los vestigios arqueológicos y monumentos que aún se conservan en la ciudad.
Prehistoria y Edad Antigua: La zona ha estado habitada desde tiempos prehistóricos, como lo demuestran los hallazgos arqueológicos de los yacimientos de Cabezo Redondo y el Tesoro de Villena. Este último, descubierto en 1963, es uno de los conjuntos de oro más importantes de la Edad del Bronce en Europa, con piezas que datan de entre los siglos X y XI a.C.
Época romana y musulmana: Durante la época romana, Villena fue un asentamiento rural, pero adquirió más relevancia durante la dominación musulmana. En el siglo XII, los musulmanes construyeron el Castillo de la Atalaya, una fortaleza defensiva que se convertiría en uno de los símbolos de la ciudad. Tras la Reconquista en el siglo XIII, Villena pasó a formar parte de la Corona de Castilla.
Edad Media: En la Edad Media, Villena fue un importante señorío, primero bajo el control del Infante Don Juan Manuel, autor de la famosa obra literaria El Conde Lucanor. La ciudad se benefició de su estatus como centro comercial y agrícola, y bajo el mandato de Don Juan Manuel se levantaron importantes edificaciones.
Edad Moderna y Contemporánea: Villena creció durante los siglos XVII y XVIII como una ciudad agrícola e industrial. En el siglo XIX, con la llegada del ferrocarril, se consolidó como un importante núcleo de comunicaciones entre la meseta y el Mediterráneo.
Villena es una ciudad rica en monumentos y lugares históricos, que reflejan su pasado multicultural.
Castillo de la Atalaya: Este impresionante castillo medieval es el símbolo más reconocido de Villena. Construido por los musulmanes en el siglo XII y ampliado por los cristianos en siglos posteriores, el castillo ofrece vistas panorámicas de la ciudad y la comarca. Sus gruesos muros y torres son un recordatorio de su importancia militar durante la Reconquista.
Iglesia Arciprestal de Santiago: De estilo gótico-renacentista, esta iglesia es una de las joyas arquitectónicas de Villena. Su construcción comenzó en el siglo XIV y alberga una hermosa colección de retablos, destacando el Retablo Mayor, una pieza artística de gran valor.
Palacio Municipal: También conocido como el Ayuntamiento de Villena, es un edificio renacentista que data del siglo XVI. Sus detalles arquitectónicos y el claustro interior lo convierten en uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad.
Museo Arqueológico José María Soler: Este museo alberga una impresionante colección de piezas arqueológicas, destacando el Tesoro de Villena, un conjunto de objetos de oro y plata de la Edad del Bronce. También se pueden encontrar restos íberos, romanos y medievales.
Iglesia de Santa María: Esta iglesia, construida entre los siglos XVI y XVIII, es otro de los monumentos religiosos más importantes de Villena. De estilo barroco, destaca su impresionante fachada y su decoración interior.
Teatro Chapí: Inaugurado en 1925, el Teatro Chapí es un ejemplo del modernismo valenciano y es sede de eventos culturales y artísticos. Se construyó en honor al famoso compositor villenense Ruperto Chapí, uno de los más importantes de la zarzuela española.
Villena cuenta con una rica tradición cultural y festividades que atraen a visitantes de toda España.
Fiestas de Moros y Cristianos: Estas fiestas, celebradas en honor a la Virgen de las Virtudes, se realizan del 4 al 9 de septiembre y son una de las más importantes de la Comunidad Valenciana. Los desfiles, trajes coloridos y la recreación de las batallas entre moros y cristianos son espectáculos impresionantes que atraen a miles de visitantes cada año.
Semana Santa: La Semana Santa de Villena es también una celebración muy importante, con procesiones que recorren las calles de la ciudad, destacando por su solemnidad y la devoción popular.
Día del Medievo: Cada mes de marzo, el casco histórico de Villena se transforma en una auténtica villa medieval, con mercados, representaciones teatrales, desfiles y actividades que rememoran la época en que Villena fue un importante enclave medieval.
La gastronomía de Villena es rica y variada, con influencias de la cocina tradicional del interior de la Comunidad Valenciana y de la Mancha.
Gazpacho villenero: Uno de los platos más típicos de Villena, se trata de un guiso de carnes (generalmente conejo y perdiz) acompañado de una torta de pan ácimo troceada.
Arroz con conejo y caracoles: Un plato tradicional de la comarca, que combina el arroz con la carne de conejo y los caracoles de monte, todo ello cocido con hierbas aromáticas locales.
Pelotas de relleno: Estas albóndigas grandes se preparan con carne de cerdo, pan y especias, y suelen servirse en un caldo o cocido durante las festividades.
Borrachos: Entre los postres típicos, destacan los borrachos, unos bizcochos esponjosos empapados en licor, muy populares en las celebraciones locales.
Villena ha sido tradicionalmente una ciudad agrícola, con un importante cultivo de vid, olivo, almendros y cereales. Sin embargo, en las últimas décadas, la economía de Villena ha diversificado hacia sectores como el calzado, muebles y metalurgia. El turismo también juega un papel clave, gracias a su patrimonio histórico y sus festividades populares.
Villena ha emergido como un destino turístico tanto para los amantes de la historia como para quienes disfrutan de la naturaleza. Además de su casco histórico y sus festividades, Villena ofrece rutas de senderismo por los alrededores de la ciudad, especialmente en zonas como la Sierra de Salinas y la Sierra de la Villa.
Villena es una ciudad con un extraordinario legado histórico y cultural, que combina su rico patrimonio con tradiciones populares vivas y una excelente oferta gastronómica. Su ubicación estratégica, su impresionante castillo y su herencia arqueológica la convierten en un destino fascinante para quienes buscan descubrir una parte auténtica del interior de la provincia de Alicante.
Fuente de la imagen: Las Ciudades Valencianas, Obra Social Bancaja-Fotografía Rafael Gil-Francesc Jarque, año 1998, Página 256.