Un poco de historia:
Primero se llamaba Cableuropa y después ONO, era una compañía de telefonía, tuvo dos etapas marcadas. Una inicial de 13 años con presencia limitada, y desde 2005, otra etapa de 9 años con una extendida presencia por todo el territorio, en la que creció hasta cablear 7,2 millones de hogares y consiguió titulares en los que se ensalzaba su elevada penetración de banda ancha, por delante de Telefónica. Al final ONO fue adquirido por Vodafone el 17 de diciembre de 2014. Yo empecé con Ono y la verdad que funcionaba muy bien y nunca me engañó a diferencia de Vodafone.
En cuanto a mis contratos o compromisos con Vodafone, estaban llenos de sombras y oscuridad. Con la oferta iba una obligacion de permanencia obligatoria y romper el contrato, conllevaba una penalización de casi 400 euros, dependiendo de los meses que llevabas con Vodafone. O sea, no pagabas lo mismo si te querías ir a los dos meses de haber aceptado el contrato, que a los seis.
Respeto a mí, me sentí engañado y no era la primera vez, así que decidí romper el contrato con Vodafone e irme a otra compañía. Resulta que yo no podía irme antes de tiempo sin pagar la indemnización y como era mucho dinero me quedé hasta finalizar el contrato. Es muy curioso que ellos pueden incumplir el contrato según les convenga y el cliente ¡NUNCA!
Por lo cual, cuando pedí la baja, me di cuenta que cambiar de portabilidad e irme de Vodafone manteniendo mi número de móvil, era una tarea casi imposible. Primero hable con un empleado o comercial para que me diera de baja y después de hora y media machacándome para que no me fuera sin conseguirlo, me pasaban a otro y a otro…así hasta media docena. Y tuve que aguantar un acoso brutal para que desistiera de irme, después de dos días y amenazándoles con denunciarlos me dieron de baja.
He de subrayar, que dos años más tarde volví a Vodafone, ya que me hicieron una oferta que no pude rechazar y con la promesa de mantener el contrato sin subidas durante el año.
Ahora vuelvo a sentirme acosado y por otros motivos. Tengo un móvil que ha funcionado muy bien pero ahora está obsoleto y he decidido cómprame un móvil 5g. Entro a la tienda de Vodafone a ver móviles, veo uno que vale en el mercado casi 1.300 euros, en Vodafone el precio es un poco más de 700 euros. Hablo con un comercial, pero decido pensármelo antes de aceptar. Es decir, hago algo que me he acostumbrado a hacer últimamente y es leer esa letra tan pequeñita, que hace falta una lupa para saber lo que pone y que nadie leemos.
Y las condiciones son: que se ha de pagar a plazos durante tres años y conlleva una permanencia de tres años con Vodafone "esto es algo que el comercial no me explica". Decido olvidarme de Vodafone y cómpramelo por otro lado. A partir de ahí, no hago más que recibir llamadas de comerciales de Vodafone, hasta cuatro o cinco persona diferentes y varias veces cada una, incluso dejando mensajes en el contestador sin decir una palabra.
Y para finalizar, que Vodafone o cualquier otra compañía de telefonía no os engañe. No aceptéis nada por muy bueno que parezca sin ver lo que pone esa letra pequeñita, que nadie solemos leer y al final marca la diferencia de nuestra vida en estas compañías, ya que nos quita nuestra libertad para decidir seguir o irnos de esas empresas.
Ruiz Velasco (sábado, 12 agosto 2023 23:57)
La verdad es que estas empresas son muy agresivas a hora de buscar nuevos clientes y mantener a los que ya tienen.
A mí también… (martes, 18 julio 2023 10:06)
Por desgracia a mí también me ha pasado lo mismo, creo que esto lo hacen todas las empresas de telefonía, son muy agresivos para conseguir clientes o mantener los que ya tiene.