La diferencia entre ocupar y okupar reside en el carácter político de esta última acción.
En primer lugar, quiero empezar el articulo con el poema «Guardé silencio de Martin Niemöller».
"Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista
Cuando vinieron a llevarse a los judíos, no protesté, porque yo no era judío,
Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar".
Para empezar me gustaría señalar las ocupaciones de la propiedad privada o pública se llevan a cabo por la cobardía de los vecinos que no hacen nada, a pesar del ruido que hacen al reventar una puerta o hacer un agujero en una pared dándole con un mazo. algo que no pasa desapercibido para nadie, pero por miedo y cobardía no hacen nada, luego vienen las lamentaciones por la violencia y mal comportamiento que suelen tener los okupas. Convirtiendo las viviendas en Narco Pisos, centros de prostitución y un nido de basura, además un peligro para la salud. Y causan numerosos problemas de convivencia con el resto de vecinos y las amenazas y agresiones están a la orden del día y el gobierno no hace nada.
En València hay un nuevo barrio «Nou Benicalap» de reciente construcción, edificios con zonas privadas con piscinas, pistas de tenis etc. los okupas ya están haciendo de las suyas. Los bajos que aún no se han alquilado o vendido están sufriendo el ataque de estos vándalos a pesar de que están tapidas con ladrillo las puertas. Lo peor es que es que en toda Europa saben de la debilidad de nuestras leyes y han venido de otros los países a ocupar…incluso mafias que ocupan y después venden.
La constitución española, en su artículo 33 reconoce el “derecho a la propiedad privada”, pero supeditada ésta a la “función social” de la misma por lo que el estado podrá privar de ella en aras del interés social a la que se pudiera atribuir dicha propiedad privada, y para lo cual articula los oportunos mecanismos de expropiación.
Según la ley: El “ataque” a la propiedad privada que supone la okupación de un inmueble, viene sancionado por el código penal: “El que ocupare, sin autorización debida, un inmueble, vivienda o edificio ajenos que no constituyan morada, o se mantuviere en ellos contra la voluntad de su titular, será castigado con la pena de multa de tres a seis meses”. Y que conste la voluntad contraria a tolerar la ocupación por parte del titular del inmueble, bien antes de producirse, bien después, lo que especifica este artículo al contemplar el mantenimiento en el edificio “contra la voluntad de su titular”, que en tal caso deberá ser expresa. Dicha voluntad contraria del propietario suele expresarse en forma de denuncia ante la policía o el juzgado correspondiente.
Pero cuando pasan 48 horas la ley da un derecho a los okupas perjudicando a los propietarios, que muchas veces no se enteran hasta que es tarde. Y si no hay una denuncia, por que las viviendas son de Bancos o por fallecimiento de los propietarios, ya no los tiras ni con aceite hirviendo. Y otro problema, es que cuando los vecinos llaman a la policía al poco de entrar, y la policía les pregunta cuando han entrado. Naturalmente suelen decir más de tres días y la policía y guardia civil dan veracidad a lo que dicen los ocupan y no lo que dicen los vecinos.
Otra cosa que ha cambiado, es que las viviendas ocupadas solían ser en barrios obreros con un nivel económico medio bajo, en donde lo tienen más fácil que en un barrio de nivel económico alto. Pero desde hace un tiempo también están ocupando viviendas adosas, bungalows y chalets dentro de la ciudad. Se han vuelto muy atrevidos al ver que la ley les protege a ellos.
Para finalizar, todo es culpa de los políticos que no quieren legislar para evitar que los okupas se hagan amos de viviendas por la cara y creen un grave problema a la Sociedad.
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