Vicent Andrés Estellés "Andrés es apellido y no un segundo nombre". Fue y lo es hoy día, uno de los mejores poetas valencianos contemporáneos. Nacido el 4 de septiembre de 1924, en (Burjassot, Valencia) fallecido el 27 de marzo de 1993, en València. Es considerado como uno de los principales renovadores de la poesía contemporánea en valenciano, con un papel similar al que tuvieron en otras épocas Ausiàs March y Joan Roís de Corella.
En la obra del poeta, se encuentra la historia de los valencianos. La posguerra, la miseria, el hambre, la represión franquista, las miserias y las alegrías cotidianas, están plasmadas en sus poemas. Es toda una lección de la historia, de la gente corriente y de los hechos pequeños cotidianos, que marcan una época y a un pueblo. Es una historia que cuenta en sus versos, donde es más directo que los libros de historia, como “triste, triste Valencia, qué amargura de posguerra”.
Recuerdo la primera vez que leí uno de sus poemas “Asumirás la voz de un pueblo” este poema me marcó profundamente. Y fue en este momento cuando realmente comencé a saber el significado de la palabra “pueblo” y todo lo que rodea una simple palabra “pueblo”. En ese momento comprendí una cosa que nunca me había preocupado; el amor y el aprecio por la tierra que me vio nacer, y sobre todo el respeto por nuestros antepasados, que lucharon por esta tierra, generación, tras generación. Y ahora somos nosotros sus herederos, los que tenemos que luchar por el presente y futuro de nuestra bendita Patria Valenciana.
Asumirás la voz de un pueblo
y será la voz de tu pueblo
y serás, para siempre, pueblo,
y sufrirás y esperarás,
e irás siempre entre el polvo,
te seguirá una polvareda.
Y tendrás hambre y tendrás sed,
no podrás escribir los poemas
y callarás toda la noche
mientras duermen l tus gentes,
y tú solo estarás despierto,
y tú estarás despierto por todos.
No te han parido para dormir:
te parieron para velar
en la larga noche de tu pueblo.
Tú serás la palabra viva,
la palabra viva y amarga.
Ya no existirán las palabras
sino el hombre asumiendo la pena
de su pueblo, y es un silencio.
Dejarás de contar las silabas,
de hacerte el nudo de la corbata:
serás un pueblo, caminando
entre una amarga polvareda,
vida arriba y naciones arriba,
una enaltecida condición.
No todo será, pero, silencio.
Puesto que dirás la palabra justa,
la dirás en el momento justo.
No dirás tu palabra
con voluntad de antología,
puesto que la dirás honestamente,
airadamente, sin pensar
en ninguna posteridad
como no sea la de tu pueblo.
Quizás te matan o quizás
se rían, quizás te delatan;
todo esto son banalidades.
Aquello que vale es la conciencia
de no ser nada sino se es pueblo.
Y tú, gravemente, has escogido.
Después de tu silencio estricto,
andas decididamente.
(Vicent Andrés Estellés, del Libro de maravillas, 1993)